MAMÁ ¿TE ACOMPAÑO?

Cuando no podemos con todo

POR DIANA CAROLINA PINZÓN

CUANDO NO PODEMOS CON TODO

sanar la frustración de no ser la mamá "perfecta"

CONSUELO

Diana Carolina Pinzon

6/20/20253 min read

Hay días en los que sentimos que no llegamos. Que la casa está desordenada, que olvidamos la lonchera, que el trabajo nos exige más de lo que podemos dar… y que además, nuestros hijos demandan presencia, paciencia y amor. Y ahí, justo ahí, aparece un nudo silencioso en el pecho: la frustración de no ser la mamá que soñamos se. Te entiendo. Porque yo también lo he sentido.

Y hoy quiero hablarte desde el corazón, no como experta, sino como mujer que ha vivido la maternidad desde muchas orillas: la del esfuerzo, la del desborde, la de la ternura... y sí, también la de la culpa

El peso del ideal: cuando la exigencia se vuelve carga

Desde niñas crecemos con un imaginario de “la buena madre”: amorosa, paciente, disponible, presente, productiva, ordenada, sabia… Una especie de superheroína que todo lo puede. Pero la maternidad real no tiene guión ni aplausos. A veces solo tiene cansancio, dudas y silencio. Según la psicóloga y terapeuta Laura Gutman, muchas mujeres vivimos maternidades en soledad emocional, comparándonos con modelos externos inalcanzables. Y eso duele profundamente, porque además de criar, estamos intentando sobrevivir a la exigencia de hacerlo todo bien

¿Y si no podemos con todo? La verdad es esta: no podemos con todo. Y no deberíamos tener que hacerlo.Ser mamá no significa ser invencible. Significa estar, acompañar, contener… y también pedir ayuda, delegar, poner límites y priorizar el autocuidado. Como lo afirma el psiquiatra Daniel J. Siegel, los niños necesitan madres suficientemente presentes, no madres perfectas. Porque un vínculo seguro se construye en la coherencia emocional, no en la perfección.

Estrategias prácticas para mitigar la frustración

Te comparto algunas herramientas que puedes poner en práctica desde hoy:

• Reescribe tus expectativas. Pregúntate: ¿Esto que me exijo es humano? ¿Quién me enseñó que debía hacerlo todo

• Haz pausas conscientes. Detente unos minutos, respira, escucha tu cuerpo. A veces, el descanso también es crianza.

• Red de apoyo emocional. Busca otras madres, abuelas, vecinas o profesionales con quien hablar. No estás sola.

• Tiempo para ti. Leer, caminar,orar o simplemente quedarte en silencio. Tu bienestar nutre tu hogar.

• Agradece lo que sí logras. Cambia el enfoque del “todo lo que falta” por “todo lo que hoy pude”.

• Conecta con tu espiritualidad. a través de la oración, la lectura de la palabra volver a nuestro padre nos regala perspectiva y sentido.

Una mirada compasiva y espiritual

La espiritualidad no es una creencia, es una práctica de volver a tu padre . De reconocer que eres parte de su creación perfecta. Que no estás sola. Que tus hijos no necesitan una madre incansable, sino una madre viva, real, consciente. y que Dios es el papá de tus hijos así que invitalo a estar a tu lado entregale tu vida y tus expectativas el las alinea. Como dice la pedagoga Catherine L’Ecuyer, “solo educa quien sabe mirar con amor”. Y ese amor debe empezar por ti, no estás fallando, estás aprendiendo, cada día haces lo mejor que puedes con lo que tienes. Y eso es suficiente, no dejes que la frustración opaque tu capacidad de amar.

Eres valiosa, incluso en tus días más caóticos.

Este espacio está hecho para acompañarte, no para exigirte más. Porque desde mi experiencia como educadora, madre y abuela, sé que la maternidad es uno de los viajes más profundos...... pero no uno que debas recorrer sola.